Con las cargas de muchos días
Con el pesar del error que crece
La agonía soberbia inherente tan fría
Pero aprendí en el infierno de proesas
Pues la gloria no está en el oro
Más si en el eterno conocimiento
Me halle una vez de pie exhausto
Sobre los pilares en un altar oscuro
Queme el bien moribundo que en
ningún corazón veo
En universo de Dios joya preciosa
Envuelta en los ritos paganos
Encendiendo la brecha de la fe
Separando el corazón del Hombre
En la devoción absurda de la muerte
Por eso escapare entre los senderos
Por donde el lucero incendio la tierra
Por que aquella luz brillante en mi destella
Mas debo derrotar al infame destino
Y trascender del olvido a lo eterno
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