_Hubo un tiempo donde valía la penar tener corazón
, la muerte no causaba pena ni dolor y las familias se amaban lo suficiente como para confiar los unos en los otros, pero tener tan buen corazón es una pérdida de más grande pena que caer en el infierno, pues conlleva el tormento y la angustia en un mundo maldito que no vela por ti, sino que se regocija en mancillar tu espíritu, ¿Para qué he de conservar intacta mi integridad?, ¿Para que conservar este aberrante mal humano al que llamamos corazón? Cuando todos han enterrado a Dios en el cementerio de su memoria, y derribado los templos forjados de oro nacientes de una época gloriosa, ¡Al diablo, no conservare de ninguna manera el infortunio carácter abnegado de amor! Se ira a las sombras por la eternidad o hasta alguien apague la llamas que me consuman, hoy en la triste pena a luz de una sola y distante estrella la cual llame en mis sueños para que consolaran mi errante marchar en las tinieblas de mi alma.
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